03 marzo, 2013

Dejemos al swing romanticOn

"Bailar al compás de un swing romanticón"

No  escribiré sobre Medellín, aún no. Hoy le damos paso a las historias de Lima, creo que desde aquí abriremos a cómo Lupus podía andar por tierras del café, por parajes caribeños y por lugares de gente excelente. Hoy me centro en aquello que predisponía cada viaje, en aquello que  siempre te hace pensar si tus rutas o rumbos tienen un ritmo.

¿Como sabes si 6 meses se van volando? ¿Si la gran aventura acaba o termina? ¿Si fue grato o ingrato?
Lupus no salía del morral gris y desgastado que solía cargar a la  universidad. Se escondía y jugaba con el móvil que dejaba entre los cuadernos; aveces encontraba la galería de imágenes completamente revuelta y aveces con pérdidas de imágenes. - Anoche dormiste algo tarde, ¿Hablabas con ella? - Me decía mi compañera de habitación. Claro, como todas las noches; Lupus giraba los ojos y se escondía nuevamente en el morral gris. Aveces siento que hablar de Ella a Lupus le incomodaba; el sólo quería recordar las caminatas por el malecón entre la niebla. Yo, por otro lado, quería navegar nuevos sabores que me encontraba día a día. Es por eso que cuando día a día alguien me pregunta ¿ Extrañas tu casa? - No , creo que siempre ando en contacto, me es indispensable estar en el lugar físico- Lupus siente un nudo en la garganta y se doblaba cogiendo sus rodillas.

¿Cómo sabes si eres un turista en casa? Creo que sólo lo sabes cuando estás en ella y sientes que puedes estar en mil lugares y contagiarte de cada ambiente volviéndolo tuyo. En aquel viaje ya pensaba en el siguiente y el siguiente y como tu vida gira alrededor de este pequeño planeta . Atrás quedarían las caminatas, juegos de medianoche, amigos de mediodía y diseños que reflejan emociones. Esa pequeña checklist me detenía.

¿Cómo dejar el swing romanticón entonces? Es como si mil imágenes corrieran por tu cabeza, los edificios en las montañas de noche, todos bien iluminados cual barrera que sube al cielo, el olor y ambiente púrpura que dejan las flores en la selva peruana, al igual que sus canciones y sonidos melódicos de clarinetes y bombos. La noche en las dunas de Ica, también desfilaba y la sensación de alegría de estar en un escenario era inevitable. El amor, Ella, el rencor, la impotencia y los dedos de tus pies , todos envueltos en sobres amarillo de esos  que te llegan por correo y al abrir te lleven a cada lugar específico. Creo que así funcionaba el hecho de estar de viaje. Cada movimiento se metía dentro de un sobre amarillo y se ocultaba. Lupus los ordenaba todos por fechas, los etiquetaba por personajes implícitos, por melodía compartida y por primeros días.

-Aveces los humanos pierden sus primeros días por no saber organizarlos- Lupus lo decía con frecuencia. Ahora entiendo porqué mis sobres se mantienen vivos, porque me vuelvo indiferente a las caminatas de neblina , indiferente a los jóvenes y Lupus, indiferente a casa. Pero entonces sólo le pido a Lupus que me deje volver al lugar donde todo comenzó, bailar mi swing romanticón, archivar ese sobre en uno de color púrpura y tenerlo siempre delante de toda la pila archivada que el mantiene en pie.


07 noviembre, 2012

Aún sigo

No crean que he fallecido, tampoco que me dejé comer por una gran ciudad o país. Tampoco piensen que dejé de escribir por soñar con imágenes espaciales o en tres dimensiones, mucho menos crean que abandoné todos mis espacios. Algunos dirán que me mediaticé por tantas aplicaciones y que las publicaciones carecen de sentido. Aún sigo, con mis errores ortográficos, con mis pocos ahora 19 años, mis brackets eternos y mis ojos cansados.

Hay cosas que cambian, los sueños y metas por ejemplo, hay espacios que se alteran y sus propósitos se pierden. Hay viajes nuevos, viejos, los del recuerdo y lo del porvenir. Hay viajes a los que me monto y me transformo, hay viajes que aún espero. Aveces es en otro día de sol cuando te das cuenta que ya estas inmerso en uno nuevo, Aveces ni te das cuenta cuando sucede.

Son estos viajes a los que me embarco, aunque nunca haya navegado en mares, los cuales espero que no sean distantes - compruebo ahora que nunca lo son, al menos no en estas épocas.- Sin embargo son viajes, son espacios de cambio, de búsqueda sin premura, a menos que tengas tu boleto de regreso ya comprado. A pesar de eso, la prisa no estará cada día, aunque el sol corra y yo en dos ruedas lo persiga.
Es por eso que no he fallecido, porque aún correteo al sol, aún navego a pie.





13 julio, 2012





Uno de esos días cuando te das cuenta que matan a miles de personas, que plagas de criminales llegan a tu ciudad.También uno de esos días cuando descubres el lado hermoso de las comunidades de un país.





Hace un año me presenté a expresar que significaba EL SUEÑO LATIONAMERICANO, hoy me topo con el mismo archivo  y me doy cuenta que los latinos vamos cuesta abajo por ahora.

11 febrero, 2012

falling .-. falling

30 diciembre, 2011

El joven y Lupus que busca cambiar.



Es entonces que me siento en la banca negra del jardín, cojo unas hojas caídas, y contemplo al sol. Inicio del verano le llaman algunos, yo ahora quiero tomar fotos desde la ventana, y ver como el frio tan ilustrado se marcha. Lupus ya no sale con frecuencia, eso es extraño ya que el adoraba ver salir el sol desde su repisa. Ahora se preocupa más por las cosas que planea para el futuro, le preocupa la independencia. El quiere retirarse de la repisa, bajar y probar poco a poco ser absorbido por el sistema.

Lupus está cansado, yo le digo que es vacaciones que la labor de estudiante ya acabó, pero su cansancio aún no. Sus ideales ya no son explotados, el soñaba con canciones a la luna, con producir emociones en las personas, soñaba con jugar en la repisa e imaginar un gran lugar donde pueda vivir. Ahora solo está consternado con la idea de superarse cada día, quizás no con aquello que lo apasiona, pero sí con aquellas cosas que cree que es lo mejor.

Las canciones que escucho ya no son las que lo alegran, nuestros gustos varían, sus otros amigos también lo notan extraño. Otros como el vienen y me preguntan que le ocurre mas yo  no sé que responder.Me quedo mirándolo y ya no puedo bajar al malecón y ver a los niños en las calles ni las cometar, ¿Será que el estado de Lupus me está contagiando?

Por eso ahora ando en la banca negra, esperando que algún milagro ocurra, esperando que Lupus tenga razón. Puede que sea lo mejor, pero aveces siento que lo ahce para demostrarse a sí mismo de muchas cosas. Dejaré entonces que el verano llegue, que nos ponga una pausa y amanse las relaciones de todos. Lupus, recuerda que te estaré esperando en tu repisa, vuelve a cambiar el entorno de ese color púrpura singular.